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SUREXÓTICO

Mascotas exóticas. Una gran responsabilidad ambiental.

 

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La tenencia de animales de compañía de carácter exótico cada vez tiene más cabida en la sociedad que hoy día conocemos. No es extraño tener parientes y amigos que posean algúna mascota de este tipo, las cuales, en numerosas ocasiones envidiamos.

 

¿Quién no ha dicho o pensado alguna vez "¡EY!, yo quiero uno de esos"?

 

Bien, desde SurExótico es a este tipo de pensamiento al que queremos dirigirnos. Los ecosistemas tal y como los conocemos, poseen las características que tienen debido a la actuación conjunta de la flora y la fauna nativas de esa zona junto con las características climáticas del mismo lugar entre otros.

 

Es por tanto fácil pensar que podemos estar alterando el equilibrio del ecosistema con la modificación de la fauna; y del mismo modo la modificación del ecosistema repercute a su vez sobre la fauna de la zona.

 

El comercio internacional y el auge de la compra-venta de estos animales exóticos debido a las modas, ha supuesto la superación de barreras físicas (antes insalvables) en la distribución y localización de las distintas especies animales, con la consecuencia de que hoy día podemos encontrar en nuestra región, animales que de manera natural no encontraríamos de ningún otro modo.

 

Cuando adquirimos un animal, independientemente de la naturaleza que sea, debemos pensar en él ACORDE A SU NATURALEZA. Debemos ser conscientes de QUÉ CONDICIONES REQUIERE ESE ANIMAL.

 

Con esto queremos decir que la toma de la decisión de adquirir un animal que conviva con nosotros no debe ser una decisión que se base solamente en el “yo quiero”, sino más bien habría que preguntarse:

 

  • ¿Es este animal apto para convivir con personas? Es decir, ¿es domesticable?

  • ¿Qué cuidados y condiciones requiere este animal para tener una vida plena y evitar que esté estresado?

(Este punto es de vital importancia puesto que en muchas ocasiones, un animal vive estresado sin que nosotros lo sepamos. Dicho estrés puede derivar en un comportamiento problemático que en muchas ocasiones asociamos a la naturaleza del propio animal de manera errónea).

 

  • ¿Puedo yo darle estas condiciones de vida en mi residencia sin que entrañe un riesgo de fuga del animal?

  • ¿Voy a poder prestarle la atención necesaria? (Horas de atención diarias, castraciones, vacunaciones, suministro de alimento, etc.)

Y más importante

  • ¿Estoy dispuesto a cargar con la responsabilidad de este animal si su tenencia genera más problemas de lo que a priori tenía pensado?

 

Esencialmente, entre otros factores personales, éstas son las preguntas a muchas de las acciones que culminan con el abandono o fuga de muchos de estos animales al medio natural.

 

Dichos puntos son aplicables a cualquier ser vivo que pensemos adquirir para que nos haga compañía. No obstante, en la adquisición de animales exóticos suele primar más el deseo de poseerlo que lo que realmente esto supone a largo plazo, con el añadido de que muchas de estas especies suelen tener requerimientos muy particulares que generalmente no se le pueden dar o no estamos acostumbrados a ver en nuestra sociedad.

 

La naturaleza de los animales exóticos es un añadido al sentimiento de la necesidad de abandono o descuidado cuando no podemos hacer frente a estas cuestiones.

 

Cuando uno de estos animales es puesto en libertad en nuestro ecosistema de cualquier modo (piense en la suelta de pitones y crías de cocodrilo en nuestros ríos o lagos, por ilustrar un caso extremo), estamos poniendo en riesgo, DIRECTAMENTE, a la red trófica de nuestros ecosistemas.

 

Este ejemplo es aplicable A TODAS LAS ESPECIES que podamos adquirir que no sean autóctonas de nuestra región. Por lo que la suelta de una pareja de algún animal exótico no castrado, puede suponer un cambio drástico en la estructura del ecosistema si esta especie encuentra un espacio y un lugar donde alimentarse y reproducirse con éxito, compitiendo con nuestras especies autóctonas.

 

Esto se traduce finalmente en una pérdida de biodiversidad, y además, fuera del rango ecológico, llega a suponer pérdidas notables en la economía si la magnitud de esta acción lleva a daños en la agricultura (poblaciones de cotorras de Kramer que diezman cultivos frutículas) o la ganadería.

Un ejemplo muy claro que ilustra esto se ve reflejado en las siguientes imágenes:

En el esquema (red trófica) de la izquierda tenemos un ecosistema que goza de la presencia de una nutria marina, que se alimenta de erizos. En el de la derecha imaginemos que esta nutria ha desaparecido por la aparición de un nuevo depredador introducido.

La sola desaparición de la nutria supone lo siguiente:

  • Crecimiento descontrolado de la población de erizos de mar al no haber nadie que se alimente de ellos.

  • Como consecuencia los erizos devoran toda la población de algas de la zona.

  • Esto conlleva a la desaparición de todas las especies que se alimentaban de estas algas, seguido de las especies que se alimentaban de estos animales últimos.

  • En consecuencia, se produce una pérdida tremenda de la biodiversidad del ecosistema (fíjise que en el esquema de la derecha, las únicas especies que sobreviven son las que se resaltan en negrita). Con la perdida de especies acuáticas, también se desencadena la pérdida de especies que se alimentaban de estos peces, crustáceos y moluscos que ya han desaparecido, como por ejemplo, aves migratorias que se alimentaban de estos.

  • La pérdida de aves migratorias dificulta mucho la dispersión y polinización de especies vegetales que usaban a estas aves en su ciclo reproductor.

  • A estas repercusiones le sigue un largo etcétera cuyo horizonte puede ser bastante indeterminado, repercutiendo por tanto en la composición de todo el ecosistema que hoy día conocemos.

 

Por ello, debe usted pensar que la conservación del medio ambiente, y por tanto de su propia salud, también está ligada a las buenas prácticas que haga usted con su animal de compañía.

 

Debe tener en cuenta que la liberación de su mascota, en gran porcentaje (≈90%) supone la muerte de este animal, entrañando, no solo un riesgo para el medio ambiente, si no para el propio animal. Por lo que, NI LE HACE UN FAVOR A SU MASCOTA, y en cualquier caso TAMPOCO SE HACE UN FAVOR A USTED MISMO.

 

      Desde SurExótico recomendamos además evitar la compra y venta de especies que ya estén catalogadas de invasoras en el territorio nacional (que podrá encontrar en nuestras secciones de Índice de especies), así como de especies autóctonas que se encuentren protegidas.

 

 

Por lo demás, nos sentimos felices de que haya tomado la gratificante decisión de sumar a su vida la cría y cuidado de su mascota, deseando que en su buena práctica, disfrute de esta maravillosa experiencia.

 

Reciba un cordial saludo desde el equipo de SurExótico. 

Para más información sobre las buenas prácticas de conducta puede descargar el siguiente PDF. 

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